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Propugnar el decrecimiento no es promover “decrecer por decrecer”, eso sería tan absurdo como el paradigma dominante que nos invita a crecer por crecer. En esta dirección, Serge Latouche nos invita al “…abandono de una fe y de una religión” la del progreso y del desarrollo. no es, el decrecimiento, un proyecto económico, sino un proyecto societal que implica salir de la economía como realidad y, también, como discurso imperialista.
El autor reivindica descolonizar la idea de felicidad, sacarla del paradigma liberal decimonónico e ilustrado y hacerla viajar por los imaginarios del sur, particularmente por los de América Latina, para encontrarse con visiones de la “buena vida” donde las claves significativas son: vivir en armonía con la naturaleza y vivir en comunidad. Serge Latouche establece un paralelismo entre la “abundancia frugal” que él propone y la “austeridad revolucionaria” que defendió el Partido Comunista italiano en los años 1970. También establece una relación con la corriente impulsada por el italiano Carlo Petrini de la Slow Food. una reivindicación de la buena mesa, del placer culinario y gastronómico frente a la comida basura y la industria de creación de hambruna y obesidad. Llama la atención el dato de que hay 865 millones de personas en el mundo que pasan hambre y 600 millones de obesos. En fin, dice Latouche, para terminar: “Es más necesario que nunca que militemos para salir de la guerra de todos contra todos y todos contra la naturaleza, generada por la competencia transnacional y el libre comercio desbocado, y que lo hagamos con la perspectiva de un proyecto ecosocialista del decrecimiento”.
- Autor: Serge Latouche
- Editorial: El Viejo Topo
- Año de publicación: 2021
- Nº Páginas: 144
- Encuadernación: Rústica