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Nuestro mundo ya es, en gran medida, un mundo dependiente de las tecnologías digitales y muy pronto pasará a ser enteramente dependiente de ellas. Las tecnologías digitales han brindado al capitalismo la posibilidad de experimentar, con la casi total ausencia de reglas, un nuevo campo de desarrollo: la Red. Esta posibilidad consiste en la producción espontánea de comunicación y relaciones, rasgos propios de los seres humanos, y en el control de los procesos de formación y evolución de las subjetividades.
Ippolita es un colectivo de investigación interdisciplinario activo desde 2005. Desarrolla una reflexión de amplio alcance sobre las “tecnologías de la dominación” y los efectos sociales relacionados. En este texto el grupo intenta explicar qué significa para ellos la net-assisted democracy (democracia en red).
Varios años después de haber anunciado que se estaba produciendo una transición de la epistemología a la ontología, plantean una mirada constructiva más allá de la elección hamletiana en pro o en contra de las tecnologías.
Y en una introducción teórica explican que Red abierta no significa Red libre; que publicar en la Red no quiere decir hacer público y que la libertad no es gratis, como si fuera una barra libre. La libertad cuesta muchísimo: esfuerzo, pasión, deseo, tiempo y, a veces, incluso dinero.
También se preguntan acerca de si la Red es libre y democrática, para concluir que es falso y hacen un análisis del movimiento M5S del cómico italiano Beppe Grillo. La idea subyacente a todas sus investigaciones es que las tecnología son herramientas que incorporan y encarnan las ideología y creencias de las personas que las crean. Por definición no son neutrales, sino que son fuentes de poder, poder-hacer técnico que también termina siendo orientado ideológicamente.
El uso de las tecnologías depende de la gente. La tecnología por sí misma no garantiza nada. Deberíamos evaluar el modo en que las herramientas tecnológicas son creadas y modificadas por el uso, y los métodos mediante los cuales individuos y grupos se adaptan a éstas modificando su comportamiento. En consecuencia, claramente el mismo razonamiento vale para las redes sociales como para cualquier otro valor social: la coherencia necesaria entre fines y medios. Estamos ante un punto de inflexión antropotécnico. Las habilidades ténicas y el entusiasmo propios de los geek (entusiastas de la tecnología) no bastan para “hacer lo correcto”, pues deliberación, moralidad y estética no son cuestiones técnicas: los mejores algoritmos no crearán mejores sociedades “automágicamente”, y la transparencia radical es una pesadilla totalitaria.
Es necesario ser capaz de imaginar el futuro para comprender el presente. Tenemos que ser más contemporáneos con nuestros tiempos, es decir fuera de tiempo, o en palabras del filósofo italiano Giorgio Agamben: “Contemporáneo es aquel que recibe en pleno rostro el haz de tinieblas que proviene de su tiempo”. Al recordar el pasado y crear una historia colectiva (ya que la memoria es una herramienta colectiva) nada se repite.
Por tanto, debemos situar el análisis de las tecnologías digitales no solo en el ámbito de las ciencias humanas, sino tomando en consideración la técnica como discurso.
- Autor: Ippolita
- Editorial: Enclave de Libros
- Año de publicación: 2016
- Nº Páginas: 297
- Encuadernación: Rústica